Correr
es un deporte de alto impacto en el que la mayor parte de nuestra fuerza, que
puede llegar a alcanzar 3 veces nuestro peso, recae sobre nuestros pies y parte
inferior de las piernas. Por ello, el calzado empleado es un elemento clave
para evitar que se carguen tobillos y rodillas, prevenir lesiones y sentirse
cómodo.
Antes
de acudir a una tienda especializada, debemos tener claro qué tipo de suelo es
por el que vamos a realizar la actividad, ya que de ello dependerá el calzado
que vamos a elegir: césped, asfalto, tierra… Tener en cuenta también la
distancia que normalmente vamos a recorrer.
La
buena o la mala elección de las zapatillas repercutirá en la respuesta que el
corredor tenga de la experiencia de correr. Para una correcta elección, en
cierta medida debemos dejar a un lado los aspectos estéticos y centrarnos en
los aspectos técnicos que nos benefician.
La
revista Runner´s World hace una división de las zapatillas según diferentes
atributos:
- Zapatillas con buena amortiguación:
ideales para personas que por su peso necesitan una gran capacidad de absorber
el impacto, o bien, quienes realizan la mayoría de su entrenamiento por
superficies duras.
- Zapatillas con control de movimiento
(pronadoras): para corredores que rotan excesivamente sus pies hacia dentro
cuando apoyan.
- Zapatillas de terreno variado (“trail
running”): ideales para correr por hierba, piedras y tierra. Se caracterizan
por tener buena tracción sobre cualquier superficie y ser muy duraderas.
- Zapatillas para performance: diseñadas
para corredores que quieren un calzado liviano para entrenamientos muy veloces
o competición.
Zapatillas de amortiguación ASICS |
Adidas Performance |
New Balance trail running |
- ¿CÓMO CONSEGUIR UNAS BUENAS ZAPATILLAS PARA CORRER?
En
primer lugar, es importante acudir a una tienda especializada y dejarse
aconsejar por algún experto en la materia. A pesar de ello, la elección del
calzado correcto precisa un estudio de la pisada, por lo que habría que hacer
un estudio biomecánico para aconsejar con exactitud.
Muchas veces recomiendan
el uso de plantillas, y cada vez son más las personas que las tienen, por lo
que éstas también han de usarse al salir a correr.
Como
muchas veces esto no es posible por falta de medios, es recomendable ir con
unas zapatillas antiguas, en las que se aprecia el tipo de pisada de cada
persona.
Como
consideraciones:
-
Probarse varios modelos y elegir el más
adecuado en función de la morfología. Las zapatillas que dan buenos resultados
a un compañero, no tienen por qué ser buenas para nosotros.
-
Realizar la elección del tamaño al
atardecer, cuando el pie esté dilatado tras todo el día, en las mismas
condiciones que si se hubiera realizado una marcha de más de 3 kilómetros.
-
Probarse el calzado con el calcetín que
se va a emplear a la hora de correr.
-
Es conveniente probarse el número que se
calza habitualmente y uno más para comparar la comodidad y el ajuste entre uno
y otro.
-
Fijarse en que el talón esté bien
calzado, los dedos se muevan con libertad y el dedo gordo e índice no se
replieguen sobre los demás.
-
Cuando no se sabe con seguridad que el
calzado sea de la talla adecuada, probarse otros de las mismas características
pero de otras marcas. Cada país tiene una relación diferente entre talla y
número, e incluso entre fabricantes, por lo que encontrar la talla correcta
solo es cuestión de probarse varias marchas y números.
Tradicionalmente
se ha venido clasificando el calzado en función del tipo de pisada al que van
destinado: neutras, supinador y pronador.
-
Zapatillas de pronador: buscan conseguir
un soporte interno del pie en la fase media de apoyo para evitar la sobrecarga
de las estructuras que sujetan el pie, las cuales están en tensión (fascia
plantar y tendón del tibial posterior) y puede conducir a lesiones. Además,
este soporte o control de la pronación impide una excesiva rotación tibial
interna, lo cual favorece las lesiones de rodilla. Estas zapatillas tienen la
horma recta y un arco plantar interno acusado, además de poseer una pieza de
plástico en dicha parte interna de consistencia firme, extendiéndose hacia
delante.
-
Zapatillas de supinador: buscan
conseguir una adecuada amortiguación, por lo que se utilizan las propiedades
elásticas del aire comprimido y la goma. Esto permite reducir el impacto
durante la carrera.
-
Zapatillas neutras: en el caso de que la
pisada sea acorde a la biomecánica normal del pie. Sí que se pueden usar este
tipo de zapatillas con las plantillas que el paciente tenga prescritas por el
médico.
- ASPECTOS A DESTACAR ACERCA DE LAS ZAPATILLAS EMPLEADAS PARA CORRER
1.
Sí
se necesitan unas zapatillas específicas para correr: Cualquier
deporte que se practique necesita un calzado adecuado, ya que este calzado está
hecho en función de la superficie en la que se realiza el mismo. Además, reduce
el riesgo de sufrir molestias y rozaduras. A pesar de tener unas buenas
zapatillas, lo verdaderamente importante es la técnica, el cómo correr.
2.
No
hace falta gastarse mucho dinero: para aquellos que salen
a correr 2 ó 3 veces por semana, los expertos recomiendan no gastar mucho
dinero en unas zapatillas específicas o que están de moda. Mejor tener unas
zapatillas mixtas y cambiarlas periódicamente.
3.
Unas
zapatillas inadecuadas pueden causar una lesión: lo
que puede empezar como molestia, pasa por dolor y acaba en lesión, bien a nivel
de las extremidades inferiores, cadera o incluso espalda. Esto no quiere decir
que porque no tengamos unas zapatillas específicas tendremos más lesiones; no.
Si el gesto en la carrera no es el adecuado y además, no empleamos el calzado
adecuado, sí que las posibilidades de lesionarnos se multiplican.
4.
Las
zapatillas de running caducan: las zapatillas de
running hay que renovarlas con más frecuencia de lo que nos imaginamos. Es
evidente que el calzado se deteriora con el uso, perdiendo efectividad, así
como también cuando no se usa. Es difícil saber con exactitud en qué momento
debemos reemplazarlas, ya que su vida
útil depende del tipo de zapatillas, del cuidado que le demos y de la
biomecánica del corredor.
5.
Hay
que dejarlas secar después de usarlas: lo ideal es limpiarlas
con jabón neutro y un cepillo, nada de lavadora. Además de estar limpias,
debemos secarlas bien de una sesión a otra y mantenerlas ventiladas, evitando
ponerlas al sol o cerca de un radiador. Se recomienda atarlas y desatarlas a la
hora de ponerlas.
6.
Zapatillas
minimal: desde hace unos años, este tipo de zapatillas tan
ligeras y con la suela fina siguen la tendencia barefoot running (correr
descalzo). Los expertos no recomiendan aún su uso, ya que todavía no existen
estudios biomecánicos que corroboren su efectividad o posible riesgo de
lesiones que acarrean. En lo que sí que están de acuerdo es que la idea de
estas zapatillas es buena, pero afirman que nuestros pies no están preparados
para recibir impactos sin tener una buena amortiguación.
Estas
son las consideraciones que nos dan los expertos.
A pesar de ello, unas zapatillas NO van a evitar que nos lesionemos. No hay ningún estudio que diga eso. Quizás muchos opinen que es puro marketing, pero en lo que sí debemos de estar de acuerdo es que lo principal no es tener unas buenas zapatillas, sino aprender a usarlas.
El pie y la técnica son mucho más importantes.
Somos los profesionales de la salud y de la ciencia del deporte los encargados de ello, los que debemos preocuparnos por enseñar a la gente a correr. Porque el riesgo de lesión está ahí siempre, es intrínseco al deporte.
Concienciemos a las personas acerca de esto, evitando que achaquen al calzado su posible patología, evitando los abandonos y el desencanto en la práctica diaria mediante la integración en sus vidas de la importancia de una buena postura y un gesto técnico adecuado a la hora de salir a correr.
A pesar de ello, unas zapatillas NO van a evitar que nos lesionemos. No hay ningún estudio que diga eso. Quizás muchos opinen que es puro marketing, pero en lo que sí debemos de estar de acuerdo es que lo principal no es tener unas buenas zapatillas, sino aprender a usarlas.
El pie y la técnica son mucho más importantes.
Somos los profesionales de la salud y de la ciencia del deporte los encargados de ello, los que debemos preocuparnos por enseñar a la gente a correr. Porque el riesgo de lesión está ahí siempre, es intrínseco al deporte.
Concienciemos a las personas acerca de esto, evitando que achaquen al calzado su posible patología, evitando los abandonos y el desencanto en la práctica diaria mediante la integración en sus vidas de la importancia de una buena postura y un gesto técnico adecuado a la hora de salir a correr.
No hay comentarios:
Publicar un comentario